Al final de su largo mandato
quien se creía el ser más grandioso
pudo un día descubrir el ínfimo
poder de un par de zapatos al volar
que lejos de haber dado en el blanco
en el aire alcanzó su blanco global
como jamás lo habría logrado
ni el formidable discóbolo de Mirón
el viento no ha podido
desplazar el peso infinito
de ese par de calzados
sobrevolando los diarios
las armas de la desinformación
en vano apuntan
hacia otro blanco
o hacia otro negro
dicen que el férreo brazo
de aquel lanzador oriental
fácilmente podría brillar
en las grandes ligas de béisbol
si en serie mundial de este deporte
él jugaría para los Yankys de Nueva York
al lanzar la bola sería capaz de desarmar
el orgullo de los Ranger de Texas
ahora por fin los poderosos
miran a los pies de los débiles
y nadie subestima el poder
de sus zapatos.
martes, 3 de febrero de 2009
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